Hojas y cenizas,
escalones del supraego.
Revindico la luz y la oscuridad,
alzo la cruz de la supremacía.
Las máximas escritas,
un todo determinante.
La voz de la dualidad
encarna la fuerza
de la destrucción.
Caerán los pétalos del rey,
junto al grito esclavizado;
y con un sermón de odio
conocerán el límite.
Criatura omnisciente,
deidad del fuego,
haz tu voluntad.
Destrucción...
Euforia...
Coalición...
En un venidero estrago
buscamos la luz.
Con la fuente en mano
decodificamos el todo.
Selecta oposición
al martirio eterno.
Prominente listo en
sumisa verdad.
La sangre del cobarde
fortalece el ángel,
que en éxtasis de nativo
se entrega al unísono.
Criatura omnisciente,
deidad del fuego,
haz tu voluntad.
Destrucción...
Euforia...
Coalición...
Caídos en un lumbre abrasador,
obstinados con lo que ven.
El equilibrio los persigue,
en preselección los muertos viven.
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